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Música Litúrgica MDP

Diocesis Mar del Plata

Salmos para Tiempo de Adviento y Natividad – Ciclo C

Adviento

Salmos para Tiempo de Adviento y Natividad – Ciclo C

1º Domingo de Adviento Salmo – Ciclo C:

2º Domingo de Adviento Salmo – Ciclo C: 

3º Domingo de Adviento Salmo – Ciclo C: 

4º Domingo de Adviento Salmo – Ciclo C: 

Natividad Misa de la aurora – Salmo 

Natividad Misa de la noche – Salmo 

Natividad Misa de la vigilia – Salmo 

INTRODUCCIÓN GENERAL AL TIEMPO DE ADVIENTO

       En su origen el término «adviento» (del latín adventus) significaba la primera visita oficial de un personaje importante con motivo de su llegada al poder o toma de posesión del cargo. En el ámbito del culto hacía referencia a la venida anual de la divinidad a su templo para visitar a sus fieles. Notemos entonces que en su significado original la palabra adviento se refiere a una llegada, una venida, una presencia. Llevado al ámbito cristiano podemos decir que el eje organizador de todo este tiempo litúrgico del adviento es la venida del Señor, su llegada, su Presencia. Así: «con la palabra adventus se pretendía sustancialmente decir: Dios está aquí, no se ha retirado del mundo, no nos ha dejado solos. Aunque no lo podemos ver y tocar como sucede con las realidades sensibles, Él está aquí y viene a visitarnos de múltiples maneras. El significado de la expresión “adviento” comprende por tanto también el de visitatio, que quiere decir simple y propiamente «visita»; en este caso se trata de una visita de Dios: Él entra en mi vida y quiere dirigirse a mí».

         Ahora bien, El que viene es en realidad el mismo que ya vino. Es la doble venida del Señor que reflejan los prefacios del Adviento. La primera en la humildad de la carne; la segunda y definitiva en gloria y poder. No se trata de un juego sino de la misma esencia de la liturgia y del misterio cristiano. A esta doble venida corresponden dos dimensiones de la espera: de la Navidad y la de la Parusía, que la liturgia del Adviento tiene que proponerlas juntas pues es imposible presentar una sin la otra. Pero en la sucesión de los cuatro domingos se va dando un progresivo paso de la acentuación puesta en la Segunda y definitiva venida al fin de los tiempos (más clara en 1er. Domingo y menos en el 2do.) a la Primera venida en la Encarnación (3er. y 4to. Domingos). Importa no olvidar estas acentuaciones para respetar el ritmo propio de este tiempo litúrgico y su intención pedagógica, o mejor, mistagógica. Nos hace comenzar con la espera de lo eterno y definitivo, con el fin, que es lo último en la ejecución y lo primero en la intención. Desde aquí se nos invita a reorientar nuestra vida en función de nuestra situación de tiempo intermedio, del «ya pero todavía no» que supone una comprensión del carácter provisional de nuestro mundo y de nuestra condición de peregrinos (este sería el ‘matiz’ propio de la conversión en Adviento). Luego nos va llevando hacia el fundamento de nuestra esperanza, la venida de Jesús en la plenitud de los tiempos, la Encarnación, cuya manifestación o Natividad vamos a celebrar.

        En síntesis, el ADVIENTO nos invita a esperar la venida definitiva del Señor al fin de los tiempos y al mismo tiempo a prepararnos para celebrar su primera venida al nacer en Belén con el gozo de saber que Él viene permanente a nuestros corazones.

Domingo 34 durante el año – C JESUCRISTO, REY UNIVERSAL Solemnidad

Cristo ReyAntífona de entrada     Ap 5, 12; 1, 6
El Cordero que ha sido inmolado
es digno de recibir el poder y la riqueza, la sabiduría, la fuerza y el honor.
A él pertenecen la gloria y el imperio para siempre.

 

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Jubileo de la Misericordia

Algunos cantos para el Jubileo de la Misericordia

Himno del Año Santo de la Misericordia Partitura (versión español)
Bienaventurados los misericordiosos Partitura (versión español)
Este es el día del Señor Partitura
La misericordia del Señor
Jubileo de la misericordia

Señor Jesucristo,

tú nos has enseñado a ser misericordiosos como el Padre del cielo,

y nos has dicho que quien te ve, lo ve también a Él.

Muéstranos tu rostro y obtendremos la salvación.

Tu mirada llena de amor liberó a Zaqueo y a Mateo de la esclavitud del dinero;

a la adúltera y a la Magdalena del buscar la felicidad solamente en una creatura;

hizo llorar a Pedro luego de la traición,

y aseguró el Paraíso al ladrón arrepentido.

Haz que cada uno de nosotros escuche como propia la palabra que dijiste a la samaritana:

¡Si conocieras el don de Dios!

 

Tú eres el rostro visible del Padre invisible,

del Dios que manifiesta su omnipotencia sobre todo con el perdón y la misericordia:

haz que, en el mundo, la Iglesia sea el rostro visible de Ti, su Señor, resucitado y glorioso.

Tú has querido que también tus ministros fueran revestidos de debilidad

para que sientan sincera compasión por los que se encuentran en la ignorancia o en el error:

haz que quien se acerque a uno de ellos se sienta esperado, amado y perdonado por Dios.

 

Manda tu Espíritu y conságranos a todos con su unción

para que el Jubileo de la Misericordia sea un año de gracia del Señor

y tu Iglesia pueda, con renovado entusiasmo, llevar la Buena Nueva a los pobres

proclamar la libertad a los prisioneros y oprimidos

y restituir la vista a los ciegos.

Te lo pedimos por intercesión de María, Madre de la Misericordia,

a ti que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos.

Amén.

La Asunción De La Virgen María

The Coronation of the Virgin, Gentile da Fabriano c. 1422-5
The Coronation of the Virgin, Gentile da Fabriano c. 1422-5

15 de Agosto Solemnidad
Misa del día

Antífona de entrada     Cf. Ap 12, 1
Apareció en el cielo un gran signo:
una mujer revestida del sol, con la luna bajo sus pies
y una corona de doce estrellas en su cabeza.

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Domingo 14 – B

El Espíritu esta sobre mi

Antífona de entrada     Sal 47, 10-11
En tu santo templo, Señor, evocamos tu misericordia;
la gloria de tu nombre llega hasta los confines de la tierra.
Tu derecha está llena de justicia.

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Domingo 13 – B

Emorroissa

Antífona de entrada     Sal 46, 2
Todos los pueblos aplaudan
y aclamen al Señor con gritos de alegría.

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Domingo 11 – B

Las espigadoras

Antífona de entrada     Sal 26, 7. 9
Escucha, Señor, la voz de mi clamor:
no me rechaces ni me abandones, Dios, mi salvador, porque tú eres mi refugio.

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Cambio de dominio

         logoQueremos comunicar que ha cambiado el dominio del blog desde ahora podrán encontrar el material y mas recursos que en breve estarán a su disposición en el siguiente link:

https://musicaliturgicamardelplata.wordpress.com

No olvidar de rezar!!!

Bajo tu amparo nos acogemos,
santa Madre de Dios,
no desprecies las oraciones
que te dirigimos en nuestras necesidades,
antes bien líbranos de todo peligro,
oh Virgen gloriosa y bendita.

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